martes, 2 de diciembre de 2008

GENERAL MOTORS, FORD, CHRYSLER Y NOSOTROS

1.-- Hace unos días la General Motors y Chrysler han presentado sendos planes de reestructuración al gobierno norteamericano basado en un acuerdo con los sindicatos y los accionistas. Barack Obama ha expresado con claridad que las ayudas públicas al sector automovilístico está subordinado al acuerdo de los trabajadores y de los accionistas. Los accionistas parecía que estaban conformes con la disminución de la deuda con la condición que el gobierno lo garantizara.


Sin una financiación del gobierno, la crisis amenaza con liquidar el sector. En febrero las ventas de coches descendieron un 53 por ciento en GM, un 48 por ciento en Ford y un 41,7 en la Chrysler. Por lo demás, algunas consultorías [por ejemplo, Deloitte and Touche] explicó que la GM está al borde de la bancarrota.


Frente a esta tremenda recesión sin precedentes, la Federación sindical de los trabajadores del automóvil (United Auto Workers, UAW) ha aceptado revisar los convenios firmados en el año 2007 con las tres grandes empresas de Detroit. El empeoramiento de las cláusulas contractuales ha sido justificado por las direcciones sindicales dado el colapso de la industria del auto. La UAW, no obstante, está convencida de que los problemas de estas empresas no son debidas a las condiciones negociadas más favorables que tienen estos trabajadores con relación a otras firmas como Nissan o Toyota, y –afirman, también— que el sector es capaz de superar la crisis. Las negociaciones han sido laboriosas, especialmente cuando se abordó el nuevo fondo fiduciario que gestionará, dentro de dos años, la asistencia sanitaria a los jubilados de las tres compañías. La Voluntary Beneficiary Association (VEBA) que es un fondo gestionado por el sindicato es quien se ocupa, hoy, de la gestión de los cuidados de los jubilados de las empresas, ha sido acusado muchas veces por las direcciones de las tres grandes por sus altos costes.


General Motors es la empresa que está peor. Dicen que, de aquí hasta 2012, se cerrarán en todo el mundo 14 factorías y se despedirá a unos 47.000 trabajadores (entre empleados y obreros); de ellos serán unos 3.400 en los Estados Unidos. A los que queden se les reducirá un 3 por ciento del salario. El grupo ha exigido al gobierno Obama 30.000 millones de dólares, entre préstamos y líneas de crédito para (afirma) poder sobrevivir. Chrysler, por su parte, cuenta con despedir a 3.000 trabajadores y ha pedido ayudas federales por un total de 5.000 millones de dólares, al tiempo que espera mucho de su alianza estratégica con Fiat para reconvertir una parte de su producción. [
Corren fuertes rumores en la prensa especializada norteamericana acerca de esta alianza: el sindicato norteamericano, UAW se haría con el 20 por nciento de las acciones de Chrysler. Lo que dejamos reseñado a la espera de las evoluciones del asunto de marras]. También en Ford, la única que no ha pedido ayudas públicas, el sindicato ha tenido que aceptar posteriores renuncias por parte de los trabajadores. El acuerdo firmado el pasado febrero prevé que los salarios no se tocarán, pero se eliminan las revisiones salariales por la inflación y algunas otras más como, por ejemplo, el premio anual de productividad y la paga extra. Se ha introducido, además, la suspensión del programa “Banco del trabajo” que permitía a los despedidos continuar recibiendo una paga (una parte del salario) hasta un periodo máximo de dos años.

El presidente de la UAW, Ron Gettelfinger, ha invitado a los afiliados al sindicato a que voten favorablemente el acuerdo alcanzado, poniendo énfasis en los tres puntos favorables a los trabajadores: la salvaguardia del salario base; la defensa de la asistencia sanitaria y las pensiones; la tutela de los niveles de empleo. Pero algunas sectores de trabajadores están que trinan. En tres factorías de Ford (Woodhaven Stamping y Saline, en Michigan) y (Lima, en Ohio) se ha votado en contra. Los datos globales, definitivos, indican que las propuestas sindicales han ganado por un 58 por ciento, entre los obreros y un 58 por ciento entre los comerciales.


Punto final. Dejamos para otro día algunas reflexiones relacionadas con lo que se ha explicado más arriba, de momento el lector puede ir sacando sus propias conclusiones sobre el modelo de acumulación capitalista en los Estados Unidos, el peculiar welfare en aquel país, el carácter y la forma del sindicalismo y lo que encarte. Nosotros también lo haremos con una cierta parsimonia y cuando tengamos las cosas más maduras diremos la nuestra. Por ejemplo, cuando se confirme o desmienta el rumor al que nos hemos referido más arriba.




Radio Parapanda anuncia que dentro de un par de días la señora Rita Levi-Montalcini cumple sus primeros cien años. En su honor, Pilar Lorengar canta "Canción de Paloma" El barberillo de Lavapiés.