La General Motors ha hecho público que levanta su factoría de Azambuja (Portugal) y la traslada a España. Las paradojas de estas situaciones están en que, simultáneamente, pueden darse estas situaciones: dolor en Portugal y alivio en la localidad zaragozana de Figueruelas. Lo que parece normal desde el punto de vista humano. Pero la reacción sindical debe ser otra. Y así es: la Federación minerometalúrgica de Comisiones Obreras ha reaccionado con un gran coraje, con una magnífica lucidez. Ha denunciado a GM. Y de manera rotumda explica que se está quebrando el espíritu esbozado en la reunión de miembros del Comité Europeo de GM, junto con representantes sindicales pertenecientes a la Federación de Metalúrgicos Europeos celebrada el pasado 3 de julio de 2006 en Bruselas.
En la citada reunión se acordó iniciar un periodo de negociación con la dirección de la empresa para establecer el proceso que clarificara el futuro de la planta portuguesa. Como muestra de este compromiso los sindicatos suspendimos la continuación de movilizaciones iniciadas en semanas anteriores. CC.OO. entiende que la empresa se equivoca, ya que desaprovecha una oportunidad para solventar un conflicto pacíficamente y, además, sostiene que no actúa de buena fe al comunicar el cierre justo al inicio de las vacaciones de la mayoría de las plantas europeas.
Entiendo que estamos ante un inicio que rompe algunos equívocos sindicales: denunciar la deslocalización del propio tejido industrial y hacerse el longuis cuando te llega alguna empresa que ha deslocalizado su producción en otro punto cardinal. Los metalúrgicos de Comisiones Obreras están abriendo la posibilidad de nuevas reflexiones al respecto. De momento, desde este pueblecito de Parapanda (muy cerca de Santa Fe) nos quitamos el sombrero y aplaudimos la postura de la Federación que lidera Felipe López.
Publicado por Pepe Luis López Bulla en 10:01
1 comentarios:
Anselmo Lorenzo dijo...
Un buen ejemplo, afortunadamente, no el único, que indica que el sindicalismo europeo puede enfrentar las estrategias de las empresas multinacionales sin interiorizar dinámicas de competencia entre los distintos sindicatos nacionales. A finales del pasado año, la empresa química LANSEX, con plantas en Italia y Tarragona, intento presionar a la baja en las condiciones de trabajo de ambas factorias, chantajeando con el destino de una nueva producción. Fiteqa-CC.OO. y Fia UGT, de común acuerdo con el sindicalismo italiano, reaccionaron con una iniciativa sindical de reparto de la nueva producción. Fue una buena operación para los sindicatos de ambos países