martes, 5 de marzo de 2013

REVISITANDO A KARL POLANYI


Hace poco traduje esta entrevista de Sergio Sinigaglia al profesor Antonio Calafati. Mi idea era dar a conocer la figura de Karl Polanyi, el autor de "La gran transformación". Esta traducción tiene el visto bueno de los autores de la conversación escrita, que me honraron con su aprobación. Precisamente esta relectura de KP viene a cuento tras mi lectura del libro “Sendas de democracia: entre la violencia y la globalización” (Trotta, 2008) de Fernando Quesada donde la presencia del autor de “La gran transformación” es muy llamativa.


Sinigaglia.- Polanyi no es un pensador muy conocido más allá de los adeptos a sus investigaciones. ¿Eso depende de su adscripción herética respecto a la ortodoxia neoclásica y a la marxista?

Calafati.- Es verdad, su pensamiento no entra en el paradigma neoclásico ni tampoco en el marxista. Ello no ha facilitado la difusión del conocimiento de sus obras, por lo menos aquí. Son unas obras que, sin embargo, se han traducido ampliamente en nuestro país, incluso con prólogos o introducciones de tan diversa interpretación que hacían pensar, en más de una ocasión, que se trataba de un autor distinto. Creo también que su itinerario profesional, anómalo y un tanto “difícil”, no facilitaba la difusión de los resultados de su trabajo. Polanyi se pudo dedicar a la investigación solamente después de sus cincuenta años, en 1947, cuando era profesor de la Columbia University de Nueva York. Tras haber dejado Hungría, fue periodista durante muchos años en Viena y posteriormente enseñante en Inglaterra. Cuando ingresa en la Columbia University -había escrito ya “La gran transformación” (1) , publicada en 1944- crea el grupo de investigación del que nacerá su libro más ambicioso “Tráficos y mercados en los antiguos imperios”, que salió a la luz en 1957. Es una investigación que duró diez años: recoge los escritos de Polanyi y de sus colaboradores. Polanyi muere en 1964 y sus obras más notables (“El comercio de esclavos en Dahomey”, 1964, y “La subsistencia del hombre”, 1977) fueron póstumas, a cargo de sus discípulos. No obstante, creo que la principal razón de las dificultades que hay en la utilización del pensamiento del autor, desde el plano analítico, están en el carácter transdisciplinar de su obra. Es un factor que puede explicar la relativa difusión del pensamiento de otros científicos sociales del siglo XX.

¿Y lo de su pensamiento herético…?

No estoy seguro de que sea verdaderamente un autor herético. Creo que Polanyi pertenece a una línea de pensamiento muy visible en el siglo XX, que va desde Veblen a Commons, de Myrdal a Hirsch, de Hirschman a Amartya Sen, por sólo citar algunos nombres muy conocidos entre nosotros. La idea central de Polanyi (esto es, que el proceso económico está incrustado en el sistema social, que la economía es un producto de las relaciones sociales) no es herético en mi opinión. Al contrario, se puede decir que está en la base del pensamiento de los autores que he citado antes. Es más, se trata de una idea que ha sido dominante en las políticas públicas.

En el campo de las políticas públicas, de manera evidente a partir de los años treinta, fue central la regulación social del proceso económico. Por ejemplo, la insostenibilidad social de un mercado competitivo del trabajo -tal vez el punto central de toda la crítica de Polanyi a la economía de mercado- era una tesis ampliamente compartida y de ninguna de las maneras es herética. Sugiriendo un paralelismo que hubo desarrollado (en absoluto singular) parecería suficiente recordar que antes de la definitiva afirmación del Estado de bienestar, el trabajo como mercancía había perdido relevancia teórica. En la obra de Keynes los salarios eran fijos y debían mantenerse así, fijos: en su “teoría” no era un mercado de trabajo verdadero y propio. Los salarios “fijos”, según Keynes, son importantes como para Keynes lo es la socialización parcial de las inversiones. Si consideramos herético a Polanyi, entonces debemos pensar que es herético el pensamiento social del siglo XX. No creo que ese sea el camino justo para entendernos.

¿Qué influencia ha tenido la perspectiva metodológica de Polanyi en el estudio del proceso económico?

La ampliación del sistema de categorías que propone Polanyi para el estudio del proceso económico es de un interés extraordinario. La utilización integrada de las categorías del “intercambio”, de la “redistribución” y de la “reciprocidad”, así como de su contraposición entre “economía formal” y “economía sustancial” han permitido facilitar los nuevos vínculos causales y sugerir nuevas interpretaciones. Y ello ha permitido al autor proponer una sugerente lectura del surgimiento del capitalismo, tal como lo expone en “La gran transformación”. Al mismo tiempo, pone a Polanyi en sintonía con un relevante y fascinante filón del pensamiento económico y social del siglo XX. En primer lugar, y desde una perspectiva histórica, se podría decir que nuestro autor desarrolló el proyecto de Thorstein Veblen quien, a finales del siglo XIX, defiende a las claras que la “perspectiva antropológica” habría revolucionado la economía política, empujándola a modificar radicalmente el mismo sistema de categorías.

Polanyi no es un antropólogo. Pero la perspectiva antropológica que efectivamente introduce en la investigación histórica y en el análisis económico (lo que Veblen no consiguió hacer) permitió un radical avance del conocimiento de movimientos evolutivos de la economía. Ahora bien, ya en John R. Commons (un gran intérprete del institucionalismo americano de entre guerras) se substituye el más amplio concepto de “transacción” y es substituido por “intercambio”. Polanyi hace más complejo el sistema de categorías y no contempla lo económico como la esfera en la cual domina el intercambio. Para nuestro autor, el proceso económico es dado por la producción y circulación de “materia organizada”, de mercancías, en el interior de un sistema humano. Polanyi sostiene que es sencillamente falsa la tesis según la cual sólo el intercambio (y peor aún, el intercambio competitivo) sería el único principio organizativo del proceso económico; una tesis falsa desde una perspectiva histórica. La distinción entre “economía substancial” y “economía formal” es muy importante... Continúa en