La noticia de la muerte de Carles Navales nos ha dejado anonadados a sus amigos. Lo ha sido, en mi caso, particular por muchas razones: la más íntima es que el jueves mismo teníamos una comida apalabrada junto con nuestro buen amigo Manuel Gómez Acosta, una costumbre que, desde hace años, cumplíamos a rajatabla cada quince días. La otra razón es el compromiso que juntos hemos tenido desde mediados de los setenta por las libertades sindicales y democráticas. Y, finalmente, la cantidad de artículos que firmamos conjuntamente en la sección de Cataluña de El País.
Carles Navales, muy jovencísimo, fue el principal dirigente sindical de las luchas obreras del Baix Llobregat y, ya en libertad, el primer secretario general de CC.OO. de dicha comarca. Su talante negociador fue la principal característica de este singular reformista y, en gran medida, ésta fue la cultura que hizo impregnar al sindicalismo bajollobregatense. Recuerdo su temple en la acción colectiva, en las mesas de negociaciones y su pedagogía siempre al servicio de la unidad sindical.
Nuestro amigo fue, ante todo, el paradigma del trabajador catalán culto, sofisticado. Capaz de estar atento a las grandes transformaciones del trabajo y la sociedad a través de sus potentes conexiones con la fábrica y la cultura. Desde sus diversos puestos de responsabilidad impulsó iniciativas tan diversas como el teatro y el circo (fue uno de los más importantes promotores del Circo en Cornellà y en el Festival Internacional de Albacete), del cante jondo y del jazz, amante también del cine. Desde hace años dirigía la revista de pensamiento La factoría (primero en formato tradicional, después en digital) en la que escribieron plumas tan prestigiosas como Bruno Trentin, Jack Lang, Felipe González, Santiago Carrillo, Pietro Ingrao, Manuel Castells, Jordi Pujol y un largo etcétera. Una revista plural que se vanagloriaba de contar con un millón de visitas al año.
Me es imposible dar una breve reseña de los personajes que frecuentó: Tete Montoliú y el Gato Pérez, La Niña de la Puebla y Pepe Isbert, Genís Matabosch y Salvador Távora, amén de los principales dirigentes políticos de la transición española y catalana. Todo ello le propiciaba un conocimiento de las grandes corrientes sociales y culturales de nuestro tiempo. Lo dicho, era un personaje singular. Que escribía y hablaba de una manera sencilla, coloquial sobre los temas más candentes. Por ejemplo, de los temas de la inmigración que dominaba profundamente desde su condición de mediador en múltiples conflictos de convivencia.
De hecho su capacidad de intermediación –primero en las lides sindicales y después en el mundo de los movimientos migratorios-- fue de primer orden. Fue un buscador de consensos amplios que se tradujeron en utilidades para los sujetos a quienes representaba. Lo hacía desde su concepción de la izquierda tranquila, casi a modo de los fabianos ingleses. Y siempre con un suficiente punto de vista fundamentado, sin ninguna concesión a la galería.
Ha muerto con 58 años. A una edad tan temprana como lo fueron sus primeros andares en el sindicalismo y en la política.
Carles Navales, muy jovencísimo, fue el principal dirigente sindical de las luchas obreras del Baix Llobregat y, ya en libertad, el primer secretario general de CC.OO. de dicha comarca. Su talante negociador fue la principal característica de este singular reformista y, en gran medida, ésta fue la cultura que hizo impregnar al sindicalismo bajollobregatense. Recuerdo su temple en la acción colectiva, en las mesas de negociaciones y su pedagogía siempre al servicio de la unidad sindical.
Nuestro amigo fue, ante todo, el paradigma del trabajador catalán culto, sofisticado. Capaz de estar atento a las grandes transformaciones del trabajo y la sociedad a través de sus potentes conexiones con la fábrica y la cultura. Desde sus diversos puestos de responsabilidad impulsó iniciativas tan diversas como el teatro y el circo (fue uno de los más importantes promotores del Circo en Cornellà y en el Festival Internacional de Albacete), del cante jondo y del jazz, amante también del cine. Desde hace años dirigía la revista de pensamiento La factoría (primero en formato tradicional, después en digital) en la que escribieron plumas tan prestigiosas como Bruno Trentin, Jack Lang, Felipe González, Santiago Carrillo, Pietro Ingrao, Manuel Castells, Jordi Pujol y un largo etcétera. Una revista plural que se vanagloriaba de contar con un millón de visitas al año.
Me es imposible dar una breve reseña de los personajes que frecuentó: Tete Montoliú y el Gato Pérez, La Niña de la Puebla y Pepe Isbert, Genís Matabosch y Salvador Távora, amén de los principales dirigentes políticos de la transición española y catalana. Todo ello le propiciaba un conocimiento de las grandes corrientes sociales y culturales de nuestro tiempo. Lo dicho, era un personaje singular. Que escribía y hablaba de una manera sencilla, coloquial sobre los temas más candentes. Por ejemplo, de los temas de la inmigración que dominaba profundamente desde su condición de mediador en múltiples conflictos de convivencia.
De hecho su capacidad de intermediación –primero en las lides sindicales y después en el mundo de los movimientos migratorios-- fue de primer orden. Fue un buscador de consensos amplios que se tradujeron en utilidades para los sujetos a quienes representaba. Lo hacía desde su concepción de la izquierda tranquila, casi a modo de los fabianos ingleses. Y siempre con un suficiente punto de vista fundamentado, sin ninguna concesión a la galería.
Ha muerto con 58 años. A una edad tan temprana como lo fueron sus primeros andares en el sindicalismo y en la política.
He aquí el texto de la Oración Fúnebre que pronunció Manuel Gómez Acosta en el funeral de Carles Navales el domingo pasado en el Tanatorio de Cornellà de Llobregat.
Jueves 16 de junio a las cinco de la tarde…, después de una mañana de desasosiego y angustia, la voz de Gabriel con entereza pero con perceptible temblor, me sorprende y al mismo tiempo me confirma la sospecha que había temido, es como si un sexto sentido me hubiese transmitido la noticia que nunca hubiese querido escuchar: Carles ha mort…
Cuarenta ocho horas después de la hora fatídica, se agolpan de forma desordenada en mi corazón, cerebro, hígado, sensaciones, sentimientos acerca de mi amigo Carles, el meu amic...
Recibo un e-mail de Arseni Gibert,”era inquiet, generós, sensible i honest, sovint sorprenentment brillant, a vegades poc pràctic..” , esto último lo hacía especialmente atractivo
José Luís López Bulla glosa su figura en “elogio de un reformista”, buscador y arquitecto de consensos, su capacidad de intermediación, su personalidad poliédrica y polifacética , su extraordinaria avidez por la generación y consumo de cultura con mayúscula, su profunda sensibilidad hacia los movimientos sociales, su rechazo a todo tipo de sectarismos,..
Añado de mi cosecha, su sonrisa perenne de niño travieso, su enorme inteligencia, su profundo sentido de la amistad, su cultura enciclopédica, su maravilloso mal genio, transgresor, rebelde, libre pensador, independiente y no partidista, demasiado inquieto para militar en organizaciones que recelan de los inquietos, solitario pero solidario, siempre me trató con la ternura de un hermano mayor, sentía como que me protegía, acudí siempre a él cuando no entendía qué estaba ocurriendo , ni como actuaban los “nuestros”, intentaba calmar mi perplejidad, ponía sabiduría a mi ingenuidad.
Precoz en todo, autor de cortometrajes, cineasta a los 16 años (su gran vocación frustrada), periodista y dirigente sindical a los 19 , a los 20 encarcelado, detenido y torturado durante la siniestra noche del franquismo, un verdadero quebradero de cabeza para ortodoxos de todo pelaje, iconoclasta transgresor, en ocasiones rebelde sin causa.
Hace exactamente un año , el 24 de junio del 2010, estando Carles y Gabriel en Sevilla, recibo una llamada de Carles entusiasmado, recuerdo su voz que transmitía entusiasmo y pasión, habían asistido y disfrutado en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, a la versión taurina de la Ópera Carmen , interpretada por la mítica compañía “la Cuadra” , dirigida por el maestro Salvador Távora, gran amigo de Carles.
Carles era un soñador empedernido, buscador de sueños , muñidor de quimeras y utopías, unas se han ido realizando, otras muchas no adquirirán corporeidad en nuestra generación, algunas harían sonreír a Carles si las alcanzáramos
Permitirme para terminar que de nuestros ágapes dialécticos compartidos con el Maestro López Bulla, así como de la apresurada lectura de su autobiografía titulada “hicimos lo que pudimos” (en memoria de Isabel Aunión , “La Negra”), que narra sus vivencias personales en el transcurso de la larga noche del franquismo, extraiga un deseo, un sueño y una esperanza
A quien corresponda:
· Su deseo de la continuidad de La Factoría , su gran pasión intelectual, “La Revista catalana de pensamiento social más leída en el mundo”, sus amigos necesitamos que este deseo no se diluya en el mar del olvido.
· Un sueño , que algún día nuestros sindicatos, CC.OO. y UGT , inicien el proceso de construcción de un edificio unitario, la “unidad sindical”, el “sindicalismo unitario”, fuerte, organizado, moderno, responsable, reformista, capaz de dar respuesta a los nuevos retos del XXI y a las necesidades de una clase en profundo proceso de transformación.
· Una esperanza…,enero del 39, las tropas facciosas invaden Catalunya y avanzan sobre Barcelona, el nostre President Lluis Companys inicia el camino del exilio y el destierro junto a miles de catalanes y españoles, en Madrid en el Puente de los Franceses , milicianos y milicianas madrileños resisten al fascismo cuando todo estaba perdido. Carles, narra en sus memorias que esperaba que algún día la Generalitat de Catalunya inaugurara una placa en el “Puente de los Franceses” que dijera : “ a los madrileños y madrileñas que dieron su vida en defensa de las libertades de Catalunya y de todos los pueblos de España”.
Perdonarme mi atrevimiento, pero sé que Carles me daría su aprobación…
Carles “noi del vidre” …, ¡que putada nos has hecho!, tendremos que seguir caminando, pero esta vez sin ti será mucho más duro, eres uno de los mejores, para mi sin duda el mejor, hagamos que tus sueños que son los nuestros , se hagan realidad algún día
¡VA POR TI, MAESTRO!
Jueves 16 de junio a las cinco de la tarde…, después de una mañana de desasosiego y angustia, la voz de Gabriel con entereza pero con perceptible temblor, me sorprende y al mismo tiempo me confirma la sospecha que había temido, es como si un sexto sentido me hubiese transmitido la noticia que nunca hubiese querido escuchar: Carles ha mort…
Cuarenta ocho horas después de la hora fatídica, se agolpan de forma desordenada en mi corazón, cerebro, hígado, sensaciones, sentimientos acerca de mi amigo Carles, el meu amic...
Recibo un e-mail de Arseni Gibert,”era inquiet, generós, sensible i honest, sovint sorprenentment brillant, a vegades poc pràctic..” , esto último lo hacía especialmente atractivo
José Luís López Bulla glosa su figura en “elogio de un reformista”, buscador y arquitecto de consensos, su capacidad de intermediación, su personalidad poliédrica y polifacética , su extraordinaria avidez por la generación y consumo de cultura con mayúscula, su profunda sensibilidad hacia los movimientos sociales, su rechazo a todo tipo de sectarismos,..
Añado de mi cosecha, su sonrisa perenne de niño travieso, su enorme inteligencia, su profundo sentido de la amistad, su cultura enciclopédica, su maravilloso mal genio, transgresor, rebelde, libre pensador, independiente y no partidista, demasiado inquieto para militar en organizaciones que recelan de los inquietos, solitario pero solidario, siempre me trató con la ternura de un hermano mayor, sentía como que me protegía, acudí siempre a él cuando no entendía qué estaba ocurriendo , ni como actuaban los “nuestros”, intentaba calmar mi perplejidad, ponía sabiduría a mi ingenuidad.
Precoz en todo, autor de cortometrajes, cineasta a los 16 años (su gran vocación frustrada), periodista y dirigente sindical a los 19 , a los 20 encarcelado, detenido y torturado durante la siniestra noche del franquismo, un verdadero quebradero de cabeza para ortodoxos de todo pelaje, iconoclasta transgresor, en ocasiones rebelde sin causa.
Hace exactamente un año , el 24 de junio del 2010, estando Carles y Gabriel en Sevilla, recibo una llamada de Carles entusiasmado, recuerdo su voz que transmitía entusiasmo y pasión, habían asistido y disfrutado en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, a la versión taurina de la Ópera Carmen , interpretada por la mítica compañía “la Cuadra” , dirigida por el maestro Salvador Távora, gran amigo de Carles.
Carles era un soñador empedernido, buscador de sueños , muñidor de quimeras y utopías, unas se han ido realizando, otras muchas no adquirirán corporeidad en nuestra generación, algunas harían sonreír a Carles si las alcanzáramos
Permitirme para terminar que de nuestros ágapes dialécticos compartidos con el Maestro López Bulla, así como de la apresurada lectura de su autobiografía titulada “hicimos lo que pudimos” (en memoria de Isabel Aunión , “La Negra”), que narra sus vivencias personales en el transcurso de la larga noche del franquismo, extraiga un deseo, un sueño y una esperanza
A quien corresponda:
· Su deseo de la continuidad de La Factoría , su gran pasión intelectual, “La Revista catalana de pensamiento social más leída en el mundo”, sus amigos necesitamos que este deseo no se diluya en el mar del olvido.
· Un sueño , que algún día nuestros sindicatos, CC.OO. y UGT , inicien el proceso de construcción de un edificio unitario, la “unidad sindical”, el “sindicalismo unitario”, fuerte, organizado, moderno, responsable, reformista, capaz de dar respuesta a los nuevos retos del XXI y a las necesidades de una clase en profundo proceso de transformación.
· Una esperanza…,enero del 39, las tropas facciosas invaden Catalunya y avanzan sobre Barcelona, el nostre President Lluis Companys inicia el camino del exilio y el destierro junto a miles de catalanes y españoles, en Madrid en el Puente de los Franceses , milicianos y milicianas madrileños resisten al fascismo cuando todo estaba perdido. Carles, narra en sus memorias que esperaba que algún día la Generalitat de Catalunya inaugurara una placa en el “Puente de los Franceses” que dijera : “ a los madrileños y madrileñas que dieron su vida en defensa de las libertades de Catalunya y de todos los pueblos de España”.
Perdonarme mi atrevimiento, pero sé que Carles me daría su aprobación…
Carles “noi del vidre” …, ¡que putada nos has hecho!, tendremos que seguir caminando, pero esta vez sin ti será mucho más duro, eres uno de los mejores, para mi sin duda el mejor, hagamos que tus sueños que son los nuestros , se hagan realidad algún día
¡VA POR TI, MAESTRO!
Radio Parapanda. Para Carles: Handel - Ombra mai fu - Jennifer Larmore