Dimite el ex presidente de France
Télécom salpicado
por la escandalera de lo que en mayo del año pasado publicábamos: LOS
SUICIDIOS EN EL CENTRO DE TRABAJO. El caso de France Télecom. La lectura de este trabajo, a cargo del amigo Pino
Ferraris, bien merecería un sosegado estudio por parte
del sindicalismo confederal europeo, y por inclusión también en nuestra casa
confederal. Como pistas para abrir la conversación informada se trae a colación
un pequeño fragmento de un artículo que, recientemente, publicará Izquierda
yFuturo, la revista granadina que –se dice que a
finales de este mes— reaparecerá con nuevos y renovados bríos. El autor de esa
reflexión es Antonio
Baylos, que comenta el estudio de Antonio
Casilli, La
fabbrica libertina, muchas de cuyas formas de
enfocar el tema resultan hoy, tras las turbulencias financieras y empresariales
producidas tras la crisis del 2008, de rabiosa actualidad (1). El fragmento al
que aludimos dice lo que sigue:
“”Como explican los laboralistas, la imposibilidad para el empresario de poseer directamente la fuerza de trabajo cuyo goce ha adquirido por contrato, es decir, la imposibilidad de entrar directamente a poseer el cuerpo y las energías del trabajador para utilizarlas en la producción de bienes y de servicios, se sustituye por la subordinación del trabajador a la voluntad del empresario: la subordinación aparece como el sustitutivo de la desposesión de la libertad del trabajador en la utilización de su corporeidad y de su psiquismo en la ejecución del trabajo productivo en el sistema industrial capitalista. Por aquí se abre el universo del trabajo asalariado a la presencia del despotismo, de la dominación, de la sumisión y del acto aberrante como disciplina del cuerpo enajenado. en una relación patrimonial, consciente y voluntariamente, por el asalariado””.
(1) La fabbrica libertina. De Sade e il sistema industriale. Se presentará en breve en la Librería Juan Gómez del Moral de la ciudad de Parapanda. Presentará la obra el alcadable santaferino Rafael Rodríguez Alconchel.
“”Como explican los laboralistas, la imposibilidad para el empresario de poseer directamente la fuerza de trabajo cuyo goce ha adquirido por contrato, es decir, la imposibilidad de entrar directamente a poseer el cuerpo y las energías del trabajador para utilizarlas en la producción de bienes y de servicios, se sustituye por la subordinación del trabajador a la voluntad del empresario: la subordinación aparece como el sustitutivo de la desposesión de la libertad del trabajador en la utilización de su corporeidad y de su psiquismo en la ejecución del trabajo productivo en el sistema industrial capitalista. Por aquí se abre el universo del trabajo asalariado a la presencia del despotismo, de la dominación, de la sumisión y del acto aberrante como disciplina del cuerpo enajenado. en una relación patrimonial, consciente y voluntariamente, por el asalariado””.
(1) La fabbrica libertina. De Sade e il sistema industriale. Se presentará en breve en la Librería Juan Gómez del Moral de la ciudad de Parapanda. Presentará la obra el alcadable santaferino Rafael Rodríguez Alconchel.